domingo, junio 01, 2008

autoretrato


Memorias de la Carretera

-Ahora o nunca- dijo la chica mientras lo miró con sus ojos azul intenso.
El camino quedaba atrás y se transformaba en un gran mar de polvo rojo; y el sol se desdibujaba tras el coche que aumentaba más y más la velocidad, como dejando su sello, pero el camino se estrechaba más aún y se llenaba de curvas pronunciadas. El pie en el acelerador se mantenía apretado con fuerza como si tuviera vida propia, como si fuera un gran monstruo de largos tentáculos.
No podía creerlo, no se podía alcanzar más velocidad, pero él insistía, quería hacer cumplir aquel deseo, porque tal vez, no hubiera otro. Ahora comprendía muchas cosas mientras dirigía aquel automóvil con tanta resolución, con tanta presteza, sentía un flash de claridad que se vislumbraba a la misma velocidad del coche; entre tanto polvo rojo y ocre vistiendo el campo, llegaban esos pensamientos, tan repentinamente que temió un choque frontal con la empaladiza que rodeaba el camino:
-Ahora o nunca- repitió las mismas palabras. Y la música se extendió por un laberinto lleno de recovecos oscuros. El no alzó la vista de la carretera polvorienta, no quiso verse reflejado en aquellos ojos azul intenso por última vez.
malvarez
Uruguay
19/05/06